Los aceites esenciales son sustancias químicas que forman las esencias olorosas procedentes de flores, frutas, semillas, hojas, cortezas, cáscaras de los frutos e incluso raíces. Cada aceite tiene unas características propias. Cuando se mezclan los aceites, se mezclan los beneficios que aportarán. Algunos aceites son relajantes y calmantes, son estimulantes y vigorizan. La mayoría posee propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y antisépticas.

Los aceites esenciales penetran en el organismo a través de los vasos capilares, y mediante el torrente sanguíneo son trasportados a todo el cuerpo rápidamente. Otra manera de utilizarlos es a través de la aromaterapia.

La recolección de los ingredientes no se puede hacer en cualquier momento, se tiene que esperar a que la flor obtenga todas sus propiedades. Para obtener un litro de aceite esencial de lavanda se necesitan 400 kg de la flor. Los aceites esenciales se obtienen en un alambique, a través de la destilación por arrastre de vapor de agua, o bien por presión en frío si son aceites de cítricos.

La mejor forma de conservarlos es en frasco de cristal oscuro y cerrado herméticamente, al ser muy volátiles se deben cerrar bien. La temperatura ambiente es la ideal. Los aceites de cítricos mejor guardarlos en el frigorífico y sacarlos un rato antes de usarlos.

Haciendo un poco de historia podemos decir que egipcios, chinos, hindúes, romanos y griegos usaron aceites esenciales desde la antigüedad, los utilizaban para fabricar cosméticos, perfumes, inciensos, en la cocina, en medicina, incluso para adorar a sus dioses, y en el caso de los egipcios, momificar. En la India, hacia el año 2000 a. C., existían unas 700 sustancias. Hipócrates, el padre de la medicina, recetaba a sus pacientes ungüentos y vapores perfumados.

En el año 1928, Rene-Maurice Gattefosse, químico francés, creó la aromaterapia o la utilización de aceites esenciales, y registró su uso para tratar muchas enfermedades de la piel (quemaduras, infecciones, ampollas, etc.).

En la Edad Media, durante la epidemia de peste bubónica (1330 d. C.) que asoló Europa Occidental. una banda de ladrones aprovechó el momento para robar a los muertos sin infectarse. Los ladrones fueron capturados y resultó que eran perfumistas y comerciantes de especias, que se frotaban a sí mismos con aceites esenciales, lo que les había hecho inmunes a la enfermedad.

Nuestros aceites esenciales se caracterizan por estar creados con las mejores plantas, seleccionadas con esmero, para que el resultado final sea el deseado.